El libro,
relata los hechos de una forma bastante inusual. Inicia ya diciendo lo que le
ocurre al final al protagonista. Es más, las primeras palabras del texto son: “El día en que lo iban a matar, Santiago
Nasar se levantó a as 5.30 de la mañana… (Márquez, 1981, p.6). Sin embargo, queremos relatar la historia
siguiendo el orden cronológico de los acontecimientos.
Todo comenzó,
cuando llegó al pueblo un hombre desconocido. Tenía aproximadamente 30 años,
cintura angosta, los ojos dorados y una piel que parecía estar cocinada a fuego
lento por el salitre. Su nombre era Bayardo San Román, era ingeniero en trenes
y pertenecía a una familia muy bien acomodada. Nadie conocía muy bien sus
intenciones, pero luego se supo que había venido al pueblo buscando a alguien
con quien casarse. Una vez, mientras se estaba quedando dormido, vio pasar a
una chica muy hermosa, y en ese instante decidió que se casaría con ella. Esta
chica era Ángela Vicario. Su familia era de clase media, así que se vieron muy
tentados cuando se enteraron que Ángela se casaría con un hombre tan rico como
lo era Bayardo San Román. Pero Ángela no quería casarse con él
Era el día de
la boda. Bayardo quería que todos recordaran ese día, así que hizo una fiesta
enorme, todos estaban invitados. Ya tenían todo listo: la comida, la
decoración, incluso le compró la casa al viudo de Xius (la casa más bonita de
todas). A él le ilusionaba la idea de pasar resto de su vida en aquella casa
junto a su bella esposa. Cuando terminó la fiesta, la pareja de recién casados,
se dirigió a su nueva casa, donde pasarían su noche de bodas.
A la mañana
siguiente, el obispo visitaría el pueblo. Toda la gente estaba muy emocionada, pero
ocurrió una tragedia. Era ya de mañana, cuando la madre de Ángela escuchó que
alguien estaba tocando la puerta. Era Bayardo con su esposa. Él la venía a
devolver, porque en su noche de bodas, se dio cuenta de que ésta no era virgen.
La madre comenzó al golpear a su hija, preguntándole quien era el culpable.
Ángela logró decir el nombre de quien supuestamente le había robado su
virginidad… Santiago Nasar.
Los hermanos de
Ángela, Pedro y Pablo Vicario, estaban tan enojados por lo que hizo Santiago
Nasar, que ambos decidieron ir en busca de la honra perdida de su hermana. Iban
a asesinar a Santiago.
Lo estaban
esperando en la esquina de su casa. Esperaron allí horas y horas. Santiago,
había ido a ver al obispo. Estaba tan ilusionado que se había vestido para la
ocasión. Para él fue una gran decepción ver que el obispo ni siquiera se bajó
del buque en el que viajaba. Luego, Nasar iba a ir a desayunar a la casa de su
amigo, el narrador de la historia. Pero primero, regresaría a su casa para cambiarse
de ropa.
Los hermanos Vicario les dijeron a todos los que pasaban que iban a asesinar a Nasar. Todo el pueblo sabía que iban a matarlo, menos él. Se sorprendió mucho cuando alguien le advirtió. Era muy tarde. Vio a los hermanos dirigirse a él. Intentó entrar a casa, pero alguien le había cerrado la puerta. No había vuelta atrás. Lo apuñalaron múltiples veces, hasta que se desplomó en el suelo, sin vida.
(Extracto de la película de "Crónica de una muerte anunciada" de 1987) [https://www.emaze.com/@AOOWQWLC/case-file]
[Publicado el 15/09/2017 a las 21:31]
Pedro Vicario: Leer este blog me ha hecho darme cuenta de que nuca había estado tan satisfecho en mi vida. La gente puede pensar que mi hermano y yo somos unos malditos asesinos, pero quiero que sepan que no es así. Hemos cumplido con nuestro deber como hombres, y le hemos devuelto el honor a mi hermana y a mi familia.
ResponderEliminarPlácida Linero: ¡Ay hijo mío! Si yo no hubiera sido tan estúpida y hubiera dejado la puerta abierta, tal vez seguirías hoy con vida. No sabes la falta que me has hecho. Pero estoy pagando, porque estoy aún aquí, sola… Yo soy la verdadera asesina en esta historia…
ResponderEliminarCristo Bedoya: No te alteres mujer, que no ha sido solamente culpa tuya. Si tan solo te hubiera dicho que querían asesinar a tu hijo cuando fui para tu casa… Otra historia sería. Tal vez debí haberle disparado a esa basura de gemelos cuando los vi en la calle, antes de que mataran a Santiago…
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